miércoles, 25 de noviembre de 2009

LA VIGENCIA DEL SISTEMA POLÍTICO Y SU REFUNDACIÓN DECEMBRINA. Por. Miguel A. Jáuregui


El valor de una cosa consiste muchas veces,
no en lo que se gana al adquirirla,
sino en lo que se haga para obtenerla, en lo que cuesta.
Citaré un ejemplo: las instituciones liberales,
dejan de ser liberales tan luego como son adquiridas.
Federico Nietzsche.



La cámara de diputados es hoy la principal fuente de vigencia del sistema político mexicano, hoy renovado, con cabal salud y aceitado en su engranaje modernizador. Poder que se desliza por la autorización de dineros públicos para hoy financiar como nunca, el amplio espectro clientelar que se asoma sin pudor alguno, ganando adeptos y habilidades para repartir el botín entre los distintos gobiernos (principalmente el del Estado de México, en manos de Peña Nieto) que ahogan a éste país derruído cada vez más en la desesperanza. Los diputados han sometido sus noches de desvelo a pensar de que maneras acentuar el despojo generalizado con el alza de impuestos, pasando institucionalmente la charola a los millones de mexicanos que aportarán el 30% de sus sueldos para financiar las nefastas estructuras clientelares de los caciques en turno, que desde ya, dibujan el nuevo mapa electoral en el país, casi asegurando el retorno visible de los habilidosos priístas al poder formal y sustancial.

El verdadero engranaje del poder en México está hoy en San Lázaro, acentuado su papel de distribuidor de dádivas y castigos a quienes desde ya, se forman en la filas de la nueva configuración de lo que será la etapa histórica del bicentenario de la independencia que nunca lo fué, y que a nombre de ella, inaugurarán la versión de farsa del desarrollo estabilizador con los que sí saben gobernar. Sí en el año 2000 se pensaba en la alternancia en el poder como una posibilidad de crecimiento de la Democracia en México, hoy vemos que lo que ya no estaba tan presente en las viciadas prácticas de la política, hoy se asoma carcajeándose por su buena salud anunciado su retorno visible.

El sistema de partidos políticos entrampado en querer negar su origen, hoy hace honor a los que hoy mandan en la cámara de diputados, tratando de perfeccionarse como apéndices del partido de la revolución mexicana. Ni izquieras, ni derechas . . . son uno solo en su práctica político electoral de triunfos a toda costa, al precio que sea, pues todo es una oportunidad. Así, el partido de la izquierda diezmado en cantidad y calidad, solo atestigua el despojo y reparto anual en beneficio de las hegemonías regionales para su consumo y manutención ególatra de compra de votos. Definida así, la reducida izquierda electoral, no solo es testimonial y anacrónica, sino también simuladora en sus afanes refundacionales decembrinos por decreto de Luz de sus corrientes y a Fuerza del reparto de prerrogativas futuras (LyF del centro). Y en su camino al despeñadero, se afirma como la sombra y la mala copia de franquicias electorales, muesta de ello el Disitrito Federal y sus delegaciones que alimentan su clientela y mal gobierno, y que muchas de ellas estuvieron a punto de perderse en las pasadas elecciones de julio a manos de los mismos que hoy se reparten el botín, para darle salud y prosperidad al vigente y renovado sistema político y su cultura política que carcome a cada rincón de la vida diaria privada y pública.

Desde algún lugar del universo intergaláctico
Miguel A. Jauregui M.

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